lunes, 18 de enero de 2010

Progenitor A y Progenitor B


Después de que el pasado 8 de enero el Consejo de Ministros diera luz verde al Anteproyecto de Ley del Registro Civil por el cual se elimina el término de padre y madre a cambio de "progenitor A" y "progenitor B", en una entrevista a José María Martí Sánchez, doctor en Derecho, este profesor universitario responde a la siguiente cuestión:

¿Qué consecuencias sociales puede provocar en el Registro Civil las nuevas denominaciones “Progenitor A” y “Progenitor B”, en lugar de padre y madre?

Todo lo referido a la familia, incluido lo instrumental como pueda ser un registro, tiene la mayor repercusión personal y social. Por tanto, las consecuencias de una reforma legal sobre la familia son muchas. Máxime cuando inciden en su definición, es decir, sobre su base matrimonial.

El Anteproyecto de Ley del nuevo Registro Civil (8 enero 2010), según la información publicada, responde a la misma filosofía. Tiene como contexto propio el marco de alteración sustancial del matrimonio emprendido por las leyes 13/2005, que introduce el llamado matrimonio homosexual, y 15/2005 o «ley de divorcio exprés». Con estas, normas y otras de ámbito nacional o autonómico, como la catalana de diciembre de 2008, desaparecen dos de las bases naturales del matrimonio: la complementariedad y la estabilidad. Previamente, desde 1981, la otra nota, la fecundidad, había sido seriamente afectada. Hoy, el modo en que se explica la sexualidad, no deja resquicio a que el matrimonio despliegue su potencialidad. Todo ello se nota en las bajas tasas de nupcialidad y nacimientos.

El anteproyecto sigue la misma pauta. Se reemplaza el estatuto natural del matrimonio y la familia por una figura convencional que incorpora realidades diversas. De este modo unifica la familia matrimonial con otros tipos de agrupaciones humanas. Extrema lo establecido por la Orden 568/2006 para generalizar términos tan pintorescos y ridículos, como los de progenitor A y progenitor B. Pensemos que el término progenitor por su etimología es más pobre que la noción de padre o madre, pues se refiere exclusivamente a que da origen —biológico— a la vida, pero justamente esto es lo que no ocurre en las parejas homosexuales (masculinas).

4 comentarios:

  1. Dolores Mata Ramírez22 de enero de 2010, 15:11

    Lo primero que tengo decir es "jajaja".
    ¿Cómo es posible que lleguemos a estos extremos? Se piensa que haciendo estas tonterías se está favoreciendo a la tan ansiada igualdad. En primer lugar, decir que a las malas debería ser progenitor A, B y progenitora A, B, puesto que si ansían igualdad, pienso que las mujeres también tenemos algo que ver en la procreación aunque al paso que vamos...quien sabe si alguna vez nos supliran.
    Por otro lado,los hijos ¿tendrán que llamar a sus padres progenitar A y progenitor B? esto ya parece una burla a la sociedad. Y si seguimos esta trayectoria, los hijos llegarán a llamarse menor A y menor B.
    Esta solución tiene más trasfondo que el que parece puesto que lo que realmente se está intentando cambiar es la mentalidad de la gente. Tal y como dice el periodista Juan Manuel De Prada, la familia tradicional se convierte ipso facto en una forma de organización social obsoleta, de un estatismo indeseable; las relaciones naturales surgidas en su seno, entre las que la filiación ocupa un lugar primordial, deben ser combatidas. Y es que la filiación no se elige: presupone un padre y una madre que no son aleatorios, sino establecidos por un acto procreador. Padre y madre son expresiones inequívocas de la realidad dual del ser humano; dualidad que la ideología de género aspira a destruir”.
    La estrategia consiste en presentar al matrimonio como una unión de carácter puramente contractual, configurable, modificable y rescindible a gusto de los cónyuges (que ya no habrán de ser nunca más marido y mujer)”.
    Qué pena que España se esté conviertendo en un Estado de experimentación, ya no sólo los que somos católicos, sino los no católicos que tienen fe en los valores tradicionales debemos luchar por evitar que a nuestros hijos se les vaya adoctrinando desde pequeños con algo que es irracional.

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  2. José Carlos González Muñoz25 de enero de 2010, 2:43

    Tenía conocimiento de tal regulación legal desde que cursé la asignatura de Régimen jurídico aplicable a las técnicas de reproducción asistida en la Universidad de Jaén.

    Tengo entendido que se optó por esta regulación por el simple motivo de que los hijos adoptados no se discriminara por razón de sexo en cuestión de parejas homosexuales.

    En verdad a mí también me parece vergonzoso todo lo que está pasando en este país. Esté muy bien que vayamos por el mundo diciendo que España es el paraiso del homosexual, pero esto es ya pasarse de modernidad. ¿Donde quedamos las familias tradicionales que somos la gran mayoría?. En verdad, y como muy acertadamente dijo un profesor en mi clase que no lo citaré para conservar su intimidad, "si ha día de hoy no eres drogata, homosexual, madre sotera, etc... no te dan un piso" y es que lo tradicional se está perdiendo e ignorando.

    Me huele esto que es una maniobra para captar votos de sectores indecisos.

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  3. Para comenzar, debo decir que no tenía conocimiento ninguno de esta ley. He leído algunas publicaciones que hay en internet y me he quedado impresionada; ¿cómo puede ser que todo lo tradicional desaparezca?
    Y es que, según mi parecer, todas las tradiciones que desde antiguamente se conservaban están desapareciendo como por ejemplo ir a misa en familia los domingos o reunirse para comer todos en una mesa redonda donde los padres eran los que pronunciaban una oración en voz alta para después comer.

    Esta ley, en definitiva, acabará con la unidad familiar, porque según lo que he leído, ya no habrá libro de familia, ni siquiera para poner progenitor A o B, sino un registro individual; el cual, la verdad, me parece penoso, puesto que figuraríamos como personas aisladas en este mundo, solas, sin parentesco, en resumen sin familia.

    Por otra parte, pienso que este es otro factor Añadido a la repercusión negativa en la educación infantil, porque entonces ¿cómo llamará un niño a su madre o padre? ¿Progenitor A o B? deduzco de ello que este niño crecerá sin valores puesto que cada uno de ellos son inculcados por el padre o madre; y por lo tanto como igualdad en cuanto a progenitores compartirán los valores a la hora de la educación del hijo; cosa que con la familia tradicional no pasa ya que tanto el padre como la madre saben cuales son su papeles en cuanto a educación.

    Para concluir debo decir que estoy absolutamente en desacuerdo con esta ley puesto que soy partidaria de la conservación de lo tradicional (en esta caso la familia); sin ánimo de herir a las personas homosexuales, cada uno es libre de elegir su orientación sexual y esto también es algo que ha existido siempre aunque menos a la luz.

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  4. María Calero Lucena26 de abril de 2010, 17:26

    Estoy totalmente en desacuerdo con la designación de progenitor A y progenitor B a los respectivos padre y madre. En mi opinión, progenitor hace solamente referencia a lo biológico, al que da vida, ( como bien dice el artículo), sin embargo para mí, padre y madre es algo más que lo puramente biológico, hace también referencia a unidad, a familia… para mí es algo más que dar vida.
    A su vez también la designación de progenitor A y progenitor B a padre y madre afecta a la unión matrimonial, ya que al ser entendido este por la unión entre un hombre y una mujer con el fin de formar una familia, la designación de progenitor haciendo referencia a lo únicamente a lo biológico afecta a esta unidad haciéndola más superficial y más frágil favoreciendo la ruptura matrimonial y haciendo el matrimonio más frágil, consiguiendo a la vez que disminuya el número de bodas y de hijos por matrimonio.
    Respecto a este último tema debo de añadir que en los últimos años existe una tendencia creciente a acabar con las tradiciones sin tener en cuenta las repercusiones que pueden tener su desaparición en la sociedad. Los continuos avances y “la moda” que surge día a día pueden llegar a causar daños severos en algo tan tradicional como la familia, y eso sería conveniente plantearselo.

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