lunes, 12 de abril de 2010

Divorcio express


La Ley 15/2005, de 8 de julio, reformó el Código Civil y la Ley de Enjuiciamiento Civil en materia de separación y divorcio.
La regulación del divorcio supuso uno de los cambios sociales más importantes de las últimas décadas en nuestro país. La Ley que aprobó el divorcio entró en vigor en 1981 y desde entonces se han producido una serie de modificaciones. El cambio en el modo de entender las relaciones sentimentales y evitar que los conflictos entre los cónyuges se extiendan en el tiempo llevó al Gobierno a aprobar la mencionada Ley 15/2005.

El fundamento en el que se basa el legislador es introducir una reforma que se centra en el respeto al libre desarrollo de la personalidad, garantizado en el artículo 10.1 de la Constitución Española.
Las principales consecuencias de la promulgación de esta Ley es que no hay necesidad de la separación previa para pedir el divorcio, suprimiendo las causas para disolver o suspender el matrimonio. En cuanto a las relaciones paterno filiares se permite que los niños vivan alternativamente con el padre y la madre.
Se dice que el ejercicio del derecho a no continuar casado no puede hacerse depender de la demostración de la concurrencia de causa alguna. Es suficiente con que uno no desee continuar con el matrimonio para que pueda demandar el divorcio sin que el demandado pueda oponerse por motivos materiales y sin que el Juez pueda rechazarlo, salvo por causas personales. Desde la referencia a los principios básicos del matrimonio, quizás es difícil armonizar la obligación primera de los cónyuges de “vivir juntos, guardarse fidelidad y socorrerse mutuamente” que se encuentra recogida en el artículo 68 del Código Civil con el reconocimiento de la plena eficacia al desistimiento unilateral. Con esto, se asemeja más el matrimonio a la unión de hecho ya que el régimen de extinción del vínculo resulta muy fácil.
Esta modificación en materia de separación y divorcio es de gran trascendencia debido a que no sólo afecta a un gran número de personas sino básicamente por regular en sí misma una situación, ya no sólo jurídica, sino personal, con consecuencias económicas, sociales y afectivas.

Algunos sectores opinan que con esta nueva Ley que establece la unilateralidad en la ruptura, la eliminación del período de separación previo, como posible período de reflexión y, el hecho de que no sea necesario alegar causa alguna, convierten el matrimonio en un simple contrato.

Las rupturas matrimoniales, antes de la entrada en vigor de la Ley, alcanzaban un número de 32.000 de media trimestral y que después de esa fecha se habían incrementado a 40.000; siendo de destacar que cerca de 16.000 parejas se reconciliaban cada año durante el proceso de separación o divorcio, cifra que ha disminuido considerablemente, por lo que se habla de la necesidad de adoptar medidas de mediación que permitan esa reconciliación.



(Autora: Cristina I. Ortega Martos)

jueves, 8 de abril de 2010

Beneficios del matrimonio



Extraigo los siguientes párrafos de una noticia publicada por El Mundo:

En los últimos años, la ciencia ha atribuido al matrimonio 'bien avenido' numerosas ventajas mentales y físicas. Los estudios acumulan evidencias que constatan que ambos cónyuges tienen menos niveles de depresión, ansiedad y estrés psicológico que los solteros. Y no sólo eso, los hombres y mujeres casados suelen beber menos alcohol, conducir de forma más segura, fuman menos y, por lo general, se sienten en mejor forma que sus congéneres que viven en solitario.

Ahora, un grupo de investigadores del Departamento de Psicología de la Universidad de Florida (EEUU) acaba de llevar a cabo una investigación que constata ventajas similares para los estudiantes universitarios que mantienen un noviazgo.

Scott Braithwaite, autor principal del ensayo, y su equipo han señalado que el estudio "examina si la salud física y mental varía en función de la relación romántica no matrimonial y si este tipo de relación también protege de las conductas de riesgo. Puede que el efecto protector del matrimonio en relación a los comportamientos de riesgo se inicie antes, durante el noviazgo".

Sin embargo, en cuanto a la salud física, se sigue constatando que es mejor entre las personas casadas. Una de las posibles explicaciones que esgrimen los autores del ensayo sobre la no existencia de diferencias en la salud física entre novios y solteros [algo que no sucede con las personas casadas y las que no lo están] reside en que "se trata de una muestra de personas jóvenes, de individuos sanos. También es probable que en las relaciones prematrimoniales no trabajen los mismos 'ingredientes activos' que en el matrimonio. Un ejemplo de ello sería el compromiso. Las relaciones en la universidad no están marcadas por el mismo elevado nivel de compromiso inherente al matrimonio. Las investigaciones anteriores han encontrado que la voluntad de sacrificio se asocia positivamente con una mayor sensación de bienestar".

Me interesa subrayar sobre todo lo último que dice la noticia sobre los beneficios del compromiso.

martes, 6 de abril de 2010

Mantener la fidelidad


Una autora norteamericana ha diseñado unos consejos a modo de precauciones para salvaguardar la fidelidad dentro el matrimonio en la sociedad actual. Resumo los principales, para el debate:

- No compartas con alguien del sexo opuesto intimidades o secretos sobre ti o sobre tu matrimonio que no has revelado a tu cónyuge. Se puede generar una intimidad emocional con una tercera persona que acabe deslizándose hacia algo más.

- Evita citas solitarias con miembros del sexo opuesto, ya sea por trabajo o cualquier otro motivo; y si se dan, que sean en sitios públicos.

- No seas inocente: la mayoría de las personas que cayeron en la infidelidad confiesan que no querían tener un lío, pero que las cosas se les fueron yendo de las manos… Los primeros pasos nunca son malos en sí mismos, pero hay que ver si son imprudentes.

- Cuida tus pensamientos, a fin de no centrarte en aspectos negativos de tu cónyuge: trata de recordar siempre lo que te enamoró, lo que admiras, lo positivo. Tampoco hagas comparaciones con personas que acabas de conocer: siempre son engañosas e injustas, porque tu conocimiento es mucho más superficial, y lo nuevo siempre tiene el brillo de lo que no ha sufrido desgaste –pero tampoco se ha puesto a prueba–.

- No te resignes ante la tentación de ser infiel: lucha y, si es necesario, busca ayuda, siempre se puede evitar.